miércoles, 8 de diciembre de 2010

La cabaña de los lobos

Oigo lobos aullar tras las montañas, interesados testigos de mi muerte. Rondan mi cabaña desde hace tres noches. Ellos huelen mi ocaso como a un bistec y yo siento su presencia como la de un fantasma. No tardaré mucho en morir, ha pasado ya cinco días desde mi última comida. No me permiten salir, sería el fin, pero, ¿dónde iría? Un bosque de manto blanco me circunda. Cuando llegué, todo era verde y vital, ahora todo es blanco y fantasmagórico. Espero a mi destino bebiendo aguardiente, es lo único que hay en esta maldita cabaña. Al menos así me mantengo caliente.
Ayer tomé una decisión, combatiré, no tengo nada que perder, ¡será una batalla memorable! Un hombre contra su ancestral enemigo, el lobo.
Ya ha llegado la noche, he esparcido todo el aguardiente que me quedaba formando un gran círculo. Ahora solo debo atraerlos hacia mi, dentro del circulo, el resto será fácil. Ya les oigo correr, parecen muchos al menos doce, sus siluetas se acercan y sus jadeos llenan la noche. ¡Ya están aquí! ¡Arded desgraciados! Saltaré la barrera de fuego y mañana tendré una buena comida.
Henchido de orgullo saltó las llamas, pero un quemazón le desgarro de dolor, sus pies ardían, pero aún así siguió corriendo hacia el interior del bosque, dejando tras de si tan solo un grito. Mis pies de fuego! ¡Mis pies de fuego!.

Lord Arthur

viernes, 26 de noviembre de 2010

El misterio de Savior Casttle Park

Pasé la mañana mirando la fina lluvia a través de la ventana. Así mis pensamientos fueron saltando de un tema a otro, hasta que, finalmente, y aún no encuentro bien la razón para ello, se detuvieron en un tema que me resultó, sorprendente y a la vez, por que no decirlo, un tanto inquietante.
El caso es que, la noche anterior, había leído acerca de unos inexplicables sucesos ocurridos en Savior Casttle Park.
Según rezaba el artículo, algunos inquilinos de uno de los edificios se quejaban amargamente de unos extraños ruidos a los que no podían atribuir explicación razonable alguna. Entiéndase como razonable, cualquier fuente "de este mundo", dado que, y no dudo de que así sea, nadie vivía última planta. De tal modo, fue llamada la policía para que investigara si, tal vez, hubiese algún vagabundo habitando allí, oculto a la vista de los vecinos. Descartada esta posibilidad, la vida siguió como hasta aquel  momento. Los golpes y el arrastrar de muebles, se hacían presentes con distinta intensidad a lo largo de los días y los meses. Hasta que algo nuevo sucedió. Algo más aterrador si cabe. 
Esta vez, los golpes ya no procedían de la planta superior, era como si "aquello" hubiese logrado salir de una cárcel que lo había retenido durante demasiado tiempo. Esta vez los golpes procedían de la pared contigua!! Y  si alguno de ustedes es supersticioso, o cree en asuntos poco cristianos, les diré que los golpes comenzaron a la media noche.
Por lo visto, según relataba el artículo, y como suele suceder en la mayoría de estos casos, todo tenía una explicación más racional. Tras un estudio concienzudo, una afamada investigadora de lo paranormal, desentrañó el misterio. Según hizo público, en algunos casos, se puede producir una reverberación en el subsuelo, que dependiendo de la estructura del edificio, puede transmitirse hasta las plantas superiores, y llegar a formar sonidos espeluznantes, especialmente,  si las habitaciones están poco amobladas. Ya que las habitaciones diáfanas, como es sabido, ayudan a amplificar los sonidos.
Esa fue la explicación que todos aceptaron, pero como dije, yo quedé pensativo al respecto, y será porque mi mente siempre ha sido vagabunda, o quizá porque yo estuve es aquel edificio y fuí testigo de lo que allí sucedía. Pero no puedo sacar de mi cabeza esos golpes, como los de una bestia enjaulada que trata de liberarse de su prisión. Quizá todo haya terminado, pero no es esa mi opinión....

Lord Arthur.